El dolor de cadera es muy común y puede tener varias causas. Si el dolor se produce principalmente en la parte exterior de la cadera, aparece gradualmente con el tiempo y suele aparecer cuando se está tumbado en ese lado, cruzando las piernas o con movimientos repetitivos como caminar o subir escaleras, suele estar relacionado con unas pocas estructuras específicas.
La buena noticia es que hay muchas cosas que puedes hacer al respecto. Su fisioterapeuta podrá descartar cualquier causa más grave de su dolor y le dará una orientación más individualizada.
Típicamente el dolor en el exterior de la cadera tiene que ver con los músculos del «glúteo medio» y el «glúteo mínimo». Estos músculos son importantes estabilizadores de la cadera; mantienen las caderas y el torso estables cuando se está en una sola pierna (como al caminar).
Si estos músculos son débiles, se produce una caída de la cadera o un balanceo del cuerpo al caminar. Esto ejerce más tensión y compresión en los músculos donde se unen al hueso (AKA – los tendones), lo que puede causar daños con el tiempo, provocando dolor e inflamación.
Otro culpable puede ser la infame banda IT, una fuerte banda de tejido que corre a lo largo de la parte exterior del muslo para conectar la cadera con la parte inferior de la pierna. Si esta estructura está muy apretada, puede causar compresión en esa misma región exterior de la cadera.
Se solía pensar que la bursa de la parte exterior de la cadera (la bursa trocantérica) era la fuente de la mayoría de los dolores de la parte exterior de la cadera, pero las pruebas más recientes sugieren que, aunque la bursitis se produce, suele ser el resultado de otros problemas, por ejemplo: la compresión debida a los músculos débiles mencionados anteriormente.
Una bursa es un saco lleno de líquido que está ahí para disminuir la fricción entre los músculos y los huesos. A veces, una bursa puede inflamarse y causar cantidades significativas de dolor; esto se llama «bursitis».
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¿Qué se puede hacer?
Reducir el estrés
Evitar comprimir esos tendones durante un corto período de tiempo ayudará a que los síntomas se calmen y a que los tejidos comiencen a sanar. La compresión se produce cuando usted lleva su pierna más allá de la línea media del cuerpo. Por ejemplo: evitar cruzar las piernas, poner una almohada entre las rodillas cuando duerma, evitar acostarse de ese lado por unas semanas, limitar la cantidad de caminatas/escaleras que haga.
Aborda la inflamación
Limitar la compresión física puede ser ayudado tomando medidas para reducir la inflamación. Por ejemplo: frotar crema antiinflamatoria en el área, aplicar hielo o calor.
Fortalezca
En esencia, esta condición se debe a que los músculos no están preparados para soportar la carga a la que han sido sometidos. En el primer paso – reducimos la carga. La estrategia a largo plazo es aumentar la capacidad de esos músculos. Es importante tomar un enfoque progresivo, comenzando en pequeño y construyendo fuerza y resistencia a lo largo del tiempo. Su fisioterapeuta será capaz de ayudarle a través de este proceso.
Vuelve a lo que te gusta hacer
Ya sea caminando sin dolor en el parque, jugando con tus nietos, corriendo 5 kilómetros, o simplemente durmiendo en tu lado favorito, el objetivo es siempre volver a hacer lo que te gusta. Intenta volver a estas actividades gradualmente para que tu cuerpo tenga tiempo de adaptarse. Su fisioterapeuta también puede ser útil para guiarle en este sentido.
Miguel Peña | Fisioterapia y Osteopatía Granada
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